Una separación no es un simple punto de inflexión en la vida de un niño. Es un evento vital que puede llegar a convertirse en traumático en función de las características de los niños, las de sus progenitores y de cómo se lleva a cabo el proceso de separación. Diversas investigaciones han determinado que los niños tienen mayores dificultades de adaptación ante procesos de separación que ante el fallecimiento o pérdida de uno de sus progenitores. El taller tiene como objetivo, para el profesional, que aprenda a diferenciar (evaluar) entre lo que puede ser un proceso de duelo adaptativo ante una separación, o lo que puede generar un proceso traumático en la vida de un niño. Será fundamental para ello detectar los factores protectores (sin obviar los de riesgo) ya que nos permitirán que los niños realicen un duelo adaptativo para poder adquirir comportamientos resilientes (intervenir) y puedan adaptarse a su nueva y futura situación familiar.